Pues ahora me entero que Kim Jong-il tiene dos hijos, uno es Kim Jong-un y el otro Kim Jong-nam. (No se líen, lean despacio) Ayer conté que Kim Jong-il está preparando su sucesión en Kim Jong-un, pero lo curioso es que al sátrapa le debía suceder el otro, que es el mayor, Kim Jong-nam. Pero Kim Jong-nam es muy listo y no ve nada claro que haya una tercera generación de tiranos, y mucho menos que le toque a él.
Kim Jong-nam también es gordito, como Jim Jong-un, pero es más pramático o menos lelo que este, y no está por la labor de gobernar una Corea del Norte que se perfila en el punto de mira de todas las potencias; vamos, que cualquier día se puede liar un pifostio de no te menées.
El bueno de Kim Jong-nam, de 39 añitos, se fugó de su casa (Corea del Norte entera) en 2.001 porque quería visitar Disneylandia. El papá está que trina, es como si Carmencita, la hija de Franco, hubiese salido judeo-masona.
El muchacho vive entre Pekín y Macao y no tiene ningún interés en ser el siguiente dios gordito de Corea del Norte. Viste gorras de Armani y le fascinan las películas de Jean Claude Van Damme. Ya lo ven, además ha salido cinéfilo.
