¡Ya estoy aquí!

Se acabó la gran caminata. Ha sido muy duro pero muy bonito. Unos 330 kilómetros por zonas montañosas de Asturias y Galicia con subidas y bajadas jodidísimas.
Tuve una tendinitis en la ingle izquierda en la segunda etapa, lo que me obligó a guardar un día de reposo de los dos que me aconsejó la médico. Pero no me salieron ampollas, tan sólo una pequeñita en la penúltima etapa (Sobrado Dos Monxes-Pedrouzo) porque fue una etapa un tanto "especial", 37 kilómetros, de los cuales 25 transcurrieron por asfalto y eso mata. Fue por tomar un "atajo" para evitar Melide y Arzúa, pueblos del congestionado camino francés.
Desde la primera y segunda etapa hice amistad con una serie de gente que se convirtieron en mis compañeros de viaje hasta el final: cinco chicas asturianas, una pareja de Valencia y un chico granadino, a los que se sumaron una amiga de las asturianas en Tineo y el novio de otra de ellas en Lugo.
Hemos compartido comidas, cenas, confidencias, espacio en los albergues y muchas risas, la sintonía ha sido perfecta. Gracias Inés, Carmen, Conchi, Almudena, Rosa, Amparo, Victor, Manuel y Xabi. ¡Buen Camino siempre para todos!

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