La próxima deuda



JOSÉ RAÚL GONZÁLEZ MERLO

Ahora que el déficit fis-cal estadounidense parece haber capturado los titulares de Prensa, el Congreso de EUA anunció un recorte de gastos cercano a los US$38, 500 millones; una cifra altísima que pareciera anunciar una nueva era de responsabilidad fiscal. No celebre anticipadamente. Como todo en la vida, la señal de austeridad debe ser puesta en perspectiva. Y los chapines también debemos poner nuestra misma situación fiscal en perspectiva. En términos sencillos, la situación fiscal de EUA es como la de una familia con un ingreso anual de US$2,170,000 pero con gastos de US$3,820,000.



Ante esta situación deficitaria de US$1,650,000 anuales, usted ha tomado la decisión de endeudar a la familia financiándose con la tarjeta de crédito. El único problema es que usted ya trae un saldo en su estado de cuenta equivalente a US$14,271,000. Dada esta crítica situación, usted se reúne con su familia y deciden reducir sus gastos en US$38,500 al año… Si a usted le parece ridícula la cifra de ahorros, tiene la impresión correcta. Pero es la realidad; lo único que he hecho en este ejemplo es quitarle seis ceros a todas las cifras.

Lo cual quiere decir que no existen soluciones fáciles para una irresponsabilidad política que se ha venido acumulando por décadas. Tarde o temprano, los estadounidenses deberán darse cuenta de esta realidad. Para los chapines es el mismo caso. La familia guatemalteca gastaría cerca de Q53,000 por año, pero tiene ingresos fiscales de Q39,000. Los Q14,000 de diferencia se financian con caridad internacional y una deuda que aumenta en Q11,000 cada año. Nótese que el déficit ya representa casi un 30 por ciento de los ingresos tributarios. Ahora tiene que tomar en cuenta que el mes entrante le llegará el saldo de la tarjeta de crédito que ha usado para financiar su déficit con un monto que supera los Q41,000 más otros US$5,500 en dólares (que serían Q42,000 adicionales) para un saldo total de Q83,000. Ni hablar de reducir sus gastos. Más bien, sus amigos extranjeros le han dicho que ese nivel de deuda es todavía “manejable”; que no ha llegado a niveles “críticos”. Es más, le instan a que gaste más porque, siendo una familia pobre, “tiene muchas necesidades que atender”.

Por absurdo que le parezca lo anterior, imagínese que, ahora que ya se ha resuelto la duda respecto de las aspiraciones presidenciales de la exprimera dama, su Congreso se prepara a aprobar una serie de préstamos que aumentarán, de nuevo y de manera significativa, los niveles de deuda antes descritos. La clase política está más unida que nunca en ese coro que canta ¡más gasto y más deuda! Eso le pasa por darles su tarjeta de crédito y esperar un comportamiento responsable. Vamos tarde en ponerle límites a la capacidad de los políticos de endeudar a su familia.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día martes 16 de agosto 2011.