¿Quién quiere el Socialismo del siglo XXI?

Ramón Parellada


Está de moda en Latinoamérica seguir la corriente de aquellos líderes que ofrecen el cielo y la tierra a través de un nuevo socialismo, el del siglo XXI. El peor de estos líderes es Hugo Chávez, en Venezuela. Le siguen Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador y Daniel Ortega en Nicaragua. Fidel Castro y su hermano eran socialistas de la vieja guardia, del siglo XX.
Las elecciones recientes en Perú dieron ganador a Ollanta Humala, quien en las anteriores indicaba que quería el modelo chavista para Perú, pero que ahora ya no está con Chávez sino con Lula. Siempre es un socialismo, aunque de menor grado.


En Guatemala hay un grupo de personas que alaban el socialismo del siglo XXI. Con impuestos de los guatemaltecos, desde instituciones estatales, se publicó en 2010 por parte de la Secretaría de la Paz de la Presidencia de la República un librito de Martha Harnecker titulado: América Latina y el Socialismo del Siglo XXI, en el que se indican las estrategias para alcanzar este sistema.


A finales de mayo e inicios de junio de este año, la Secretaría de la Paz en conjunto con la fundación Friedrich Ebert Stiftung, Flacso Guatemala y la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos llevaron a cabo la III Conferencia internacional América Latina rompiendo con el neoliberalismo hacia la consolidación de un nuevo modelo en la que prácticamente se hizo una apología por el socialismo y se criticó el sistema de libre mercado, confundiéndolo con lo que se considera que hemos tenido y que algunos llaman equivocadamente “neoliberalismo”, pero que no es más que puro “mercantilismo”; es decir, una combinación de privilegios entre los gobernantes y grupos de presión.


Los socialistas y en especial los izquierdistas más radicales no entienden las causas de la creación de riqueza. Consideran que la riqueza está dada y que es cuestión de redistribuirla. La realidad es otra. Los recursos son escasos. Por ello hay que hacer el mejor uso de ellos, el más eficiente. El proceso de creación de riqueza que mejor ha resultado hasta ahora es el del sistema de mercado libre, que se basa en la defensa de los derechos individuales a la propiedad, la libertad, la vida y el respeto a los contratos. Cualquier violación de estos derechos genera empobrecimiento.


Los socialistas desprecian la propiedad privada y demuestran un irrespeto por la libertad, la vida y los contratos que entre personas libres y responsables han sido acordados. Justifican cualquier medio para alcanzar sus fines, aunque tengan que pasar sobre cualquier persona para alcanzarlos. El resultado de estos sistemas ha sido un empobrecimiento masivo de las sociedades a las que quisieron igualar.


Carlos Alberto Montaner decía que Cuba, que ha sido el cerebro del grupo de socialistas del siglo XXI, ha reconocido el fracaso de su sistema colectivista y trata de reemplazarlo por lo que llaman ahora el “modelo vietnamita”, es decir, quieren un control político y económico pero permitiendo que poco a poco se forme un sector empresarial que mitigue los efectos del estatismo.


Chávez, quien tenía como norte el modelo cubano está perdido en estos días. No digamos los demás seguidores. Aun con la cantidad de petróleo que tiene Venezuela y los precios tan altos que ha gozado, los venezolanos están padeciendo una escasez tremenda de alimentos básicos y otros servicios. ¿Es ese el paraíso socialista que deseamos para nuestra pobre Guatemala? ¿Son estos estudios serios o es pura ideología barata y dogmática?


Artículo publicado en el diario guatemalteco "Prensa Libre", el día jueves 16 de junio 2011.