Política indígena


Estuardo Zapeta

Las encuestas muestran que en cuatro años el Partido Patriota se ha posicionado con más eficiencia en comunidades indígenas.

Difícil para todos los candidatos tratar, administrar, siquiera contactar eficientemente a la variopinta gama de representantes “indígenas” que ahora se acercan a los partidos políticos, principalmente hacia aquellos con considerables cantidades de intención de voto.

Lección de 2007: El Partido Patriota perdió por gran diferencia en aquellos lugares donde la población es mayoritariamente indígena, y ganó, en los pocos que ganó, en lugares de minoría indígena. Por el contrario, la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) ganó en los departamentos mayoritariamente indígenas, o con poblaciones con fuerte “segmento” indígena, y perdió en donde la mayoría es “ladino-mestiza”.

Ese error del Patriota deberá ser bandera de prevención durante esta campaña, y la UNE no puede dormirse en laureles pasados, menos en los laureles políticos, tan efímeros, tan falsos, porque perdió la ventaja comparativa y competitiva que tenía en poblaciones “indígenas”.

Las encuestas muestran que en cuatro años el Partido Patriota se ha posicionado con más eficiencia en comunidades indígenas otrora dominio del partido de gobierno, mientras que la UNE ha cedido espacio político en esas regiones “mayas” y recobrarlo responderá, supongo, a una estrategia de la cual los asesores extranjeros no tienen la más peregrina idea.

El vacío, advierto a ambos bandos políticos, está siendo invadido por unas presuntas, supuestas, y muchas veces inexistentes, representaciones “indígenas” cuyo “liderazgo” yo pongo en seria duda, y que no muestran siquiera una comprensión de la Guatemala “étnica”, pero sí una colección de “intereses” para hacer negocios rentables y vivir de la expoliación del dinero de los tributarios.

Esos falsos líderes con dizque “liderazgos” se presentan hoy como “representantes” de “pueblos” enteros que sólo existen en sus cabezas, y para justificarse utilizan el disfraz “indígena” y atemorizan a los candidatos y sus partidos, primero con llevar al grupo falsos apoyos populares, y, segundo, de no ser escuchados lanzan amenazas “mayas” de los castigos inminentes que caerán sobre susodichos “racistas, excluyentes, y discriminadores” candidatos y sus partidos.

Los candidatos, ignorantes como ellas y ellos solos, tiemblan al escuchar a “emplumados y emperrajados” líderes y lideresas, proferir encantamientos sacados de algún Xibalbá cristianoide, y traducido a varios idiomas mayas de la amplia gama a nuestra disposición.

El modelo político maya-indígena es el siguiente: “donde hay tres indígenas hay seis ONG, y los tres están en las seis organizaciones, y las seis reciben dinero de la culposa comunidad internacional dizque para capacitaciones”. Este año las “seis ONG de los tres indígenas” buscan incursionar en los partidos políticos como forma de subsistencia financiera, y para eso deben hacer sentir a los candidatos “culpables de colonialismo y racismo”, pero, momento, semejantes almas tienen redención, a un módico “precio” que incluye altas posiciones de diputados, y promesas de poner a los nativos “cerca de donde hay”.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "siglo 21", el día viernes 13 de mayo 2011.