El Papa, ese impertinente estrafalario

Vamos a ver, intentemos leerlo sin muchas risas, Don Calimero. Estas son las opiniones de Su Santidad Don Benedictus XVI sobre los que no creemos en supersticiones, fantasías con deidades o cualquier tipo de invenciones religiosas. Don Bene se despachó con estas perlas en su primer día en England: "secularismo radical", "extremismo ateo" y "dictadura del relativismo" ¡Tócate los cojones, Briones!... Y añade que estos "males" conducen a "una visión sesgada del hombre y de la sociedad", "a olvidar los valores tradicionales" y a "una jungla de autodestrucción y arbitrarias libertades"
"¿Valores tradicionales?", "¿arbitrarias libertades?"... Especifique, señor Papa; sería muy interesante que desarrollase estos "titulares" para que no nos quedemos a dos velas. ¿"Valor tradicional" es acaso la familia cristiana unida sin preservativos y proyectando toda su intolerancia hacia otras formas de convivencia?; ¿"Valores tradicionales" son la misa en latín, el abuso de niños, el apoyo a las dictaduras...?
"Arbitrarias libertades"... ¿Es preferible la sumisión a los patronos?, ¿negación de las libertades de expresión y asociación?, ¿despido libre?, ¿quizá mejor esclavismo?...
Es muy fácil soltar estas imbecilidades fascistoides - "quiero decir pero no quiero decir, he dicho pero no he dicho..." - y quedarse tan campante. Desgrane su pensamiento, Don Papa, hable claro y defínase politicamente; explique porque ha adulterado y enmierdado el mensaje de un profeta de hace 2.000 años. Usted es un antigualla del pasado que viaja a costa de los paises anfitriones, le siguen un montón de lelos y todavía tiene el morro de cobrarles para entrar a misa. Usted está más trasnochado que la Reina de Inglaterra o el teléfono de ruedecilla giratoria para marcar los números.
Los que no le aceptamos estamos en condición de "arbitraria libertad" para criticarle y pedirle que al menos no nos tome por idiotas. Todos no somos ovejitas bobas balando detrás del papamóvil. Tenemos conciencia crítica y pasamos de chorradas teocráticas y soflamas amenazantes.
Por favor, señor Papa, ¡métase las condenas y amenazas por el agujero de su divino culo!