Cuando una madre preocupa en exceso

Es un chico de 22 años, un chaval. Para mi también lo es mi hijo aunque tenga 29 años. Nuestro hijos son nuestros chicos, nuestros chavales.
No sé su nombre, no lo ponen en la entrevista que le han hecho y que publica El País de hoy viernes.
No frecuenta discotecas ni está metido en ninguna movida juvenil. Tampoco tiene tiempo de asistir a un polideportivo o a un gimnasio, ni a cines, ni a teatros...
Este chico de 22 años ha perdido interés por muchas cosas de la vida pero trabaja responsablemente. Nada hay preocupante para él cuando lo que más le preocupa corre un enorme peligro: su propia madre.
Este chico, hijo de Sakineh Ashtiani, trabaja de 6 de la mañana a 11 de la noche como revisor de autobuses urbanos.
La historia sucede en Irán, ¡agárrense!
Este chaval presenció, cuando sólo tenía 16 años, como le daban 99 latigazos a su madre. Ahora la quieren lapidar.
"Mi madre, que no ha hecho nada, nada, corre el riesgo de que la lapiden. Mientras que el verdadero asesino (el asesino de su padre, del marido de Sakineh) Teheri, está en libertad.

Escalofriante la última respuesta de la entrevista:

- ¿Todo es posible?, ¿hay que temer lo peor?
- Sí, por un lado están las personas que no quieren perder prestigio en ningún caso y que cuentan con lapidar a mi madre. Y por otro están las personas como el señor Nobkaht, adjunto del poder judicial en la región de Tabriz, que quiere que el señor Imani, el juez que dictó la sentencia, sea retirado del caso y que, por ello, ha pedido a Teherán que cambia la pena de lapidación por la de ahorcamiento. Pero ¿eso es mucho mejor? Se lo ruego, no ceda, no se rindan. Les repito que son ustedes los que nos están tendiendo la mano. Si no estuvieran ahí, mi madre ya estaría muerta.

Las últimas palabras son un grito de súplica de este chico a su entrevistador: "Bernard-Henri Levi, impulsor de la movilización mundial para salvar a Sakineh Ashtiani"
Otro caso repugnante de maldad religiosa. Todas las putas religiones son iguales, todas hacen daño de una u otra manera, incluída la del santón de Roma que va a ser recibido en España proximamente con todos los honores y fanfarrias.

Y ahora una refrescante novedad:

Dios no fue el creador del Universo, sostiene el astrofísico británico Stephen Hawking en su nuevo libro, que precisamente será publicado una semana antes de la visita del papa Benedicto XVI al Reino Unido. El famoso científico británico argumenta en Grand Design que el Big Bang, es decir, la gran explosión inicial del Universo, fue "una consecuencia inevitable" de las leyes de la física y que el cosmos "se creo de la nada", según extractos del libro publicados por el periódico The Times.