R136a1

Puede ser cualquier cosa, cualquier referencia de un producto X, un código, una clave secreta, una matrícula de automóvil de algún país... Y, sin embargo, es el nombre que le han puesto a la cosa más grande jamás vista hasta ahora, ¡a la estrella más grande del universo conocido!... Para hacerse una idea, su tamaño es... ¡300 veces el de nuestro Sol!, ¡300 veces!...
El "calorcillo" que da es de 40.000 grados centígrados, ¡siete veces el de nuestro Sol!...
Se encuentra a 165.000 años luz de distancia de la Tierra, en la nebulosa Tarántula de la Gran Nube de Magallanes, y ha sido descubierta por el Observatorio Europeo Austral (ESO) con sus grandes telescopios VLT en Chile.
Dice Paul Crowther, uno de sus descubridores: "Con poco más de un millón de años, R136a1 está en la mitad de su vida y ha sufrido "un intenso programa de adelgazamiento", expulsando una gran parte de su masa inicial.
Acojonante la comparación: El Sol tiene 4.500 millones de años y le quedan otros tantos antes de agotarse.
¡300 veces el tamaño de nuestro Sol!... ¡10 millones de veces más luminosa que nuestro Sol!... Para alucinar y no acabar. Los propios científicos no salen de su asombro.
Resurge la reflexión habitual: Los seres humanos somos insignificantes en comparación con esos "tochos" y esas distancias universales. Somos invisibles, menos que partículas de polvo. Pero nos creemos algo porque nuestra soberbia va pareja a nuestra insignificancia.
¿Acaso existimos?
Puede que seamos algo porque exploramos la inmensidad del Cosmos... aunque sea con telescopios.