Fármacos contra la homosexualidad y burkas por amor a Alá

¿Se acuerdan ustedes de los pícaros de las pelis del Far West que les vendían "crecepelos" a los sufridos colonos? Pues ahora se ha descubierto que un psiquiatra de Barcelona se estaba forrando a costa de los tontos, haciendo terapias y vendiendo "fármacos contra la homosexualidad" a los típicos gilipollas adscritos a alguna religión.
El hijoputísimo psiquiatra se llama Joaquín Muñoz. Este canalla sabe de sobra que no puede hablarse de curación si no hay enfermedad, pero se aprovecha de la "buena fe" (aquí por partida doble) de los ganorabakos para engordar sus cuentas corrientes.
La clínica del hijoputísimo, "Policlínica Tibidabo" ha sido expedientada por la Generalitat, y la consejera de salud, Doña Marina Geli, está investigando otros casos. Es decir, hay más espabilados disfrutando de este chollo.
"Dejar de ser homosexuales y no dejar de ponerse el hiqab y el burka", esta es la cacareada "libertad religiosa", la sumisión a viejos preceptos machistas y esclavistas y la negación de nuestra propia naturaleza, ¡de nuestra propia sexualidad!...
Me parece genial que se estén prohibiendo los atuendos alienantes de mujeres en Cataluña y que metan en la cárcel a los vendedores de "remedios contra la homosexualidad", y me parece más genial que Ricki Martin admita su homosexualidad y pida que no le relacionen con la política de Hugo Chávez. Me avergüenzan los políticos que hablan de "libertad religiosa" al referirse al burka.
Pero ¿por qué sólo en Cataluña?; ¿En el resto de España vamos a seguir soportando estas canalladas?... Ya sólo falta que suba al poder el PP y se jodan las pocas libertades conseguidas.



España 14, Suiza 0

Es mi pronóstico para el partido de esta tarde. Son ahora las 8'50 de la mañana. Cuando usted me lea, estimado colega bloguero, ya habrá terminado el partido, pues he constatado que la gente se pasa por aquí a últimas horas de la tarde o por la noche. Es una apuesta triunfalista basada fundamentalmente en la calidad del juego que practica nuestra selección futbolera.
Usted ya me está leyendo. ¿He acertado?, ¡he andado cerca?... Quizá no han pasado de diez. ¿He fallado?; ¿nos ha fallado la selección?; ¿se ha desatado la euforia general en el país o estamos inmersos en un estado de decepción muy gordo?... ¿Las vuvucelas han sonado a estridencia funeraria para nosotros?; ¿Rajoy le ha echado la culpa del fracaso a Zapatero?; ¿Un comado chiita ha secuestrado a Andrés Iniesta?; ¿Vicente del Bosque se enamorado de una de esas policías negras que mueven el culo aparatosamente cuando suenan vuvucelas y tambores y se ha fugado con ella a otro país dejando abandonados a sus muchachos?...
Usted puede que ya esté enterado de muchas cosas, pero yo escribo a una hora temprana y esto sólo son elucubraciones.