Discusión pendiente: futuros diputados


Carroll Ríos de Rodríguez.

Periódicamente nos enteramos que un candidato recién recibió sus credenciales, con lo cual nos percatamos que los trámites son tardados.

Estamos a 38 días de las elecciones generales y reina la indefinición en la oferta política. Y no sólo en la estelar lucha por la presidencia de la República: también falta información sobre los candidatos a diputado que serán sometidos a nuestra consideración por los distintos partidos políticos.

En la informativa página electrónica creada por el Tribunal Supremo Electoral, elecciones2011.tse.org.gt, no aparece ningún listado cuando uno pincha la subsección dedicada a enumerar candidatos por partido político y por tipo de elección. Seguramente esto se debe a que aún no han terminado de depurar las listas de nombres propuestos por los partidos; el TSE debe verificar que cada ciudadano que opta a un cargo público cumpla con los requisitos legales. Periódicamente nos enteramos de que un candidato recién recibió sus credenciales, con lo cual nos percatamos de que los trámites son tardados.

Segundo, un recorrido por las páginas electrónicas de los partidos revela una gran disparidad en la información disponible. Es fácil acceder a datos sobre candidatos a diputados en ciertos sitios, como el del FRG y del Unionista, pero en otros casos es preciso rebuscar los archivos para detectar notas semiocultas.

Tercero, una búsqueda de la cobertura en prensa nos obliga a expurgar noticias sobre las asambleas partidarias, rastreando párrafos con algunos nombres. Finalmente, la propaganda impresa y en vallas también nos brinda incompletas pinceladas, destacando candidaturas de alto perfil como la de Nineth Montenegro o Gudy Rivera.

La conformación del Congreso de la República para el período 2012-2016 podría sea más trascendental que la integración del equipo del Organismo Ejecutivo. El Ejecutivo tiene iniciativa de ley, pero la aprobación de cualquier propuesta de cambio pasará por el Congreso. Durante esta campaña se ha hablado bastante sobre la necesidad de mejorar la administración de justicia, velar por la seguridad ciudadana, mejorar los servicios de educación y salud, rediseñar la política tributaria, e incluso transparentar el funcionamiento del mismo Organismo Legislativo.

El Congreso es responsable de aprobar o improbar reformas a la administración pública, así como reformas fiscales y laborales; suscribir tratados internacionales; elegir algunos funcionarios e interpelar ministros; viabilizar la descentralización, y más.

Por el momento, los votantes adivinamos que quienes ganen probablemente no conformarán una bancada mayoritaria, una aplanadora. Los diputados seguirán recurriendo a la negociación entre bancadas, al trueque de votos y al transfuguismo. Ahora necesitamos educar nuestro voto, pero además debemos ser realistas. Probablemente, lo más conveniente sea llevar al Congreso sangre nueva.

No podemos asumir que por ser jóvenes o novatos serán incompetentes. Al contrario, podrían sacudir a los representantes experimentados, promover la transparencia en el día a día y correr el eje del debate en la dirección correcta.

Artículo publicado en el diario guatemalteco "Siglo 21", el día miércoles 03 de agosto 2011.