Enhorabuena, señor Vargas Llosa

Enhorabuena por ese Premio Nobel de Literatura que acaban de concederle.
De su prolífica obra he leído tres novelas: "La fiesta del chivo", "Travesuras de la niña mala" y "Lituma en los Andes"
Me impresionó la primera, sencillamente impactante, con ese singular personaje femenino en las entrañas de una dictadura. Me cautivó esa niña "tan mala" y tan sorpresiva, una de los más interesantes mujeres de ficción que me encontrado en mi peregrinar por los libros. Y estuve muy cerca de Sendero Luminoso, y de lo más profundo de Perú, con Lituma.
Es muy cierto eso que dijo usted una vez y que ayer reproducía El País: "Mi obra habla de la resistencia del individuo ante el poder"
El mejor homenaje que le puedo hacer, señor Vargas Llosa, es decirle que tengo pensado releer estos tres libros y leer otros suyos. Gracias por todo.




No me gusta usted, señora Linda Blair

Ha pasado mucho tiempo ya desde el estreno de "El Exorcista" Recuerdo que no me asusté nada, quizá porque acudí al cine con el morbo de ver qué era aquello que se publicitaba tanto, y me pasé toda la proyección intentando descubrir cómo se hacían los trucos.
Tiene usted ahora 51 años, señora Linda Blair, un año más que mi redactor jefe favorito, el señor Jota Uve.
Es usted una persona extraña que motiva la desconfianza de seres hipersensibles como yo. Su mascota es una cerdita a la que ha puesto de nombre "Greta Garbo", ¿por qué?... ¿Identificación con las lesbianas o lesbofobia?... ¿O acaso repulsión hacia las grandes estrellas de Hollywood, dado que usted es una actriz fracasada?
Yo, si tuviese una cerda, la pondría de nombre Rita Barberá o Sara Palin, pero jamás se me ocurriría llamarla Greta Garbo porque considero a Doña Greta una gran señora. La "Divina" fue una actriz excepcional, una gran super-star y una buena mujer que se retiró muy pronto y no quiso saber nada de la fama.
Usted se dedica a escribir libros de recetas vegetarianas y recoger perros de la calle. Me parece una noble acción eso de liberar a los perros de sus vidas perras entre contenedores de basura y cunetas de carreteras. Pero hay algo que no me encaja. Casi todas las abuelas que se afanan en salvar perros y gatos abandonados, tienen un halo siniestro, no se hacen querer por sus semejantes, como la cerda racista Brigitte Bardot, que odia a las minorías étnicas.
Otra pregunta: ¿Por qué no ha incluído usted la crema de guisantes entre las recetas vegetarianas?... Es eso que expulsaba por la boca en su personaje de niña del Exorcista, ¿se acuerda?
¡Ah, ¿y qué tal se lleva la cerda con los perros?... Doña Rita se entiende de maravilla con los corruptos.