Macaulay Culkin ha cumplido treinta años. Es una noticia angustiosa. Estamos acostumbrados a que sólo se hagan mayores Fraga Iribarne, la Duquesa de Alba o Álvarez Cascos, un tipo de gente que ha sido mayor toda su vida, nadie les recuerda correteando por una casa acosada por ladrones como a Macaulay Culkin. (¡Jo, lo he escrito las dos veces de un tirón "Macaulay Culkin" sin equivocarme) Pero sólo cuando se hace mayor un niño tomamos conciencia de que la vida es efímera. Y la putada es que a Macaulay se le ha puesto un careto que parece una mezcla de Paco Porras y un guiri despistado en Avila buscando el quiosco de Anita.
A Gerad Depardieu también le hacen mella los años. El talentoso francés se ha convertido en la viva imagen de su personaje Obelix.
Y los años ablandan mucho a la basca. Nos sale el lagrimón fácil y nos arrepentimos entre suspiros de las burradas que hacíamos o de las ideas que teníamos cuando éramos machos jóvenes y agresivos.
A Fidel Castro le duelen ahora sus maldades con los homosexuales. A lo mejor a Fidel le gustaría haber sido un homosexual folklórico en lugar de revolucionario castrista number one. ¿Se imaginan al señor Castro arengando a la masa homosexual internacional en favor de los derechos de gays, lesbianas y transexuales?... Luciría un bonito chhandal rosa y tendría un novio potxolo tipo Depardieu-Obelix, y a lo mejor adoptaban un niño como Macaulay Culkin antes de cumplir treinta años. Y Cuba sería el paraiso de los gays. ¿Verdad que es hermoso lo que pienso?... Estoy por hacerme gay un día de estos para probar algo nuevo. ¿Hay alguien que quiera seguirme? (Y a ser posible sin cumplir años)
