Cárceles con sexo

Resulta que algún señor funcionario de la cárcel, antaño "carcelero", se lo ha estado pasando muy bien con alguna señora o señorita reclusa. Estas cosas hay que evitarlas. ¿No existen talleres de todo tipo en las cárceles? Vale, pues que pongan también talleres de sexualidad. Que quiten todos los símbolos religiosos, si aún quedan, y que pongan símbolos fálicos, fotos y estatuas de mujeres desnudas, maquinas expendedoras de condones, etc. Que contraten sexólogos, sexólogas, stripers y a Carmen de Mairena.
Los "establecimientos penitenciarios" o "centros de internamiento" (eufemismos de cárcel) estarían así más humanizados. Siempre será mejor que la vida en las cárceles transcurra sin tabús sexuales y no con capellanes católicos amenazando a los presos con el Infierno y aconsejándoles que se casen por la Iglesia. Estos cuervos ensotanados siempre han estado en las cárceles. Vale, pues ahora están de sobra. Deben sustituirse las capillas por sexshops y habitaciones chulis con buenas camas. Pero eso sí, a los canallas de verdad hay que castigarles sin sexo. Yo empezaba con ese hijo de la gran puta mafioso al que han detenido estos días, el que amenazó de muerte al escritor Roberto Saviano. Y no sólo le castigaba sin sexo, sino que haría que le visitase a diario el obispo Munilla para recordarle que es un tibio espiritual. ¡Que se joda!